LA DEFAUNACIÓN:LA AMENAZA INVISIBLE QUE PONE EN PELIGRO A NUESTRO PLANETA

Hace más de 30 años, el Dr. Rodolfo Dirzo Minjarez acuñó el término ‘defaunación’ para describir la alarmante pérdida de animales en la Tierra. Mientras la deforestación sigue siendo un tema ampliamente discutido, la defaunación ha emergido como una crisis ecológica crítica que amenaza con llevar al planeta al borde de una sexta extinción masiva.

A lo largo de los últimos 550 millones de años, la Tierra ha sido testigo de cinco grandes extinciones masivas, ocurriendo en intervalos aproximados de 110 millones de años. Sin embargo, las actuales cifras de pérdida de biodiversidad sugieren que estamos en el umbral de la sexta extinción masiva, adelantándonos 45 millones de años en el ciclo natural de extinción. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) reporta que, en 2024, alrededor de 42,000 especies están en peligro de extinción, un indicador alarmante del estado crítico de la biodiversidad global.

El informe Planeta Vivo 2022, publicado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), destaca una reducción significativa del 69% en las poblaciones de animales silvestres entre 1970 y 2018. Esta disminución se extiende a mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces. En las regiones tropicales, como Asia, América Latina y el Caribe, el declive es aún más pronunciado, alcanzando hasta un 94%. Este fenómeno de pérdida de biodiversidad, conocido como el ‘efecto bosque vacío’, refleja la severidad de la crisis ecológica actual.El ‘efecto bosque vacío’ ocurre cuando la reducción de especies animales altera drásticamente los ecosistemas, lo que lleva a la degradación de hábitats y la disrupción de procesos ecológicos esenciales. Las causas de la defaunación son múltiples y complejas, pero la Secretaría del Convenio sobre Diversidad Biológica identifica cinco factores principales: la transformación de hábitats debido a cambios en el uso del suelo, la sobreexplotación de recursos naturales, la contaminación ambiental, la introducción de especies invasoras, y el cambio climático.

Todos estos factores tienen una raíz antropogénica, es decir, están directamente relacionados con las actividades humanas.Naciones Unidas ha señalado que la actividad humana ha puesto en peligro a una de las ocho millones de especies registradas en el mundo. La abundancia de especies nativas ha disminuido en al menos un 20% en la mayoría de los hábitats terrestres, un indicio de la crisis en curso. Este declive en la abundancia de especies locales es una señal de advertencia de lo que podría ser una extinción masiva global, en la que las especies raras y endémicas serán las primeras en desaparecer.Un caso emblemático de la defaunación es el del jaguar. Históricamente, el jaguar habitaba gran parte del continente americano, desde el sur de Estados Unidos hasta Argentina.

Sin embargo, la especie ahora está en peligro en muchas de sus antiguas localidades. En el sur de Estados Unidos, la población de jaguares se ha reducido tanto que se considera extinta en esa región. Este caso ilustra cómo la pérdida de hábitats y la presión humana pueden llevar a la extinción local y potencialmente a la global.En los últimos 40 años, la abundancia de especies locales ha disminuido en un 50%, según el Dr. Dirzo Minjarez. Si esta tendencia continúa, el proceso de extinción de las poblaciones locales dará paso a una extinción masiva de especies.

La pérdida de animales salvajes tiene implicaciones serias para los humanos, ya que afecta la polinización de plantas, la cadena alimentaria y el control de plagas. Sin animales como los polinizadores y los depredadores naturales, los ecosistemas humanos se vuelven menos resistentes y más vulnerables a desequilibrios ecológicos.Desde 2005, el Laboratorio del Dr. Dirzo ha trabajado en soluciones para mitigar la defaunación, enfocándose en la refaunación o ‘rewilding’. Este proceso busca restaurar los ecosistemas y recuperar las especies animales que se han extinguido localmente. Ejemplos exitosos incluyen la reintroducción del cóndor de California, el pez del río Lerma, y el ajolote mexicano.

Estos proyectos han demostrado que la refaunación puede ser efectiva cuando se implementa con el apoyo de la academia, las autoridades gubernamentales y las comunidades locales.En Kenia, se ha encontrado una correlación entre la disminución de la población de elefantes y el aumento de pequeños mamíferos como los roedores, que pueden transmitir enfermedades zoonóticas. La ausencia de grandes mamíferos no solo afecta la biodiversidad, sino que también aumenta el riesgo de epidemias. En África, la población de elefantes ha pasado de 12 millones a solo 400,000 en el último siglo, subrayando la gravedad de la defaunación.Además del tráfico ilegal de especies, otro problema es el comercio de fauna silvestre. México ocupa el cuarto lugar mundial en este comercio, con especies como pericos, loros, guacamayas, tucanes, y orquídeas siendo las más traficadas.

Este tráfico ilegal contribuye a la pérdida de biodiversidad y agrava la crisis ecológica.La pandemia de COVID-19, que obligó a una desaceleración global de las actividades humanas, mostró la capacidad de la naturaleza para recuperarse. Los líderes mundiales, reunidos en el World Economic Forum (WEF), han comenzado a reconocer que la salud de la biodiversidad es crucial para la estabilidad de los ecosistemas y, por ende, para el bienestar humano.

El Global Risk Report 2024 del WEF resalta la pérdida de biodiversidad y el colapso ecosistémico como los principales riesgos globales a largo plazo, subrayando la necesidad urgente de abordar la defaunación y proteger la biodiversidad para asegurar un futuro sostenible para nuestro planeta.

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