LA MÚSICA COMO HERRAMIENTA PARA LA SALUD MENTAL Y LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL: LA PROPUESTA DE AMME.

La Asociación Mexicana de Musicoterapia Emocional (AMME) impulsa una iniciativa que vincula la música con la promoción de la salud mental, la construcción comunitaria y la generación de conciencia social. A través de una serie de proyectos interdisciplinarios, la organización busca integrar el poder del sonido como un recurso terapéutico en entornos educativos, institucionales y comunitarios.

Fundada con el objetivo de posicionar la música como un medio de intervención psicoemocional y sociocultural, AMME desarrolla programas en los que se emplean metodologías basadas en la improvisación, el canto, el ritmo y la escucha activa, para trabajar con personas en contextos de vulnerabilidad o afectación emocional.

La organización está conformada por profesionales de diversas áreas, entre ellas la psicología, la pedagogía, la medicina y la musicología, quienes colaboran en espacios como escuelas, hospitales, centros comunitarios y espacios públicos. En cada uno de estos contextos, la música es utilizada como un vehículo para fortalecer la salud mental, mejorar la convivencia y canalizar procesos de reflexión individual y colectiva.

Uno de los principios centrales del modelo de AMME es considerar a la música no solo como expresión artística, sino como una herramienta con impacto en los sistemas nervioso, cognitivo y emocional. Desde esta perspectiva, se diseñan sesiones adaptadas a las necesidades particulares de cada grupo, con objetivos que van desde la regulación emocional hasta la integración social.

De acuerdo con la organización, los proyectos tienen como ejes principales: la promoción del bienestar, el fortalecimiento de redes comunitarias y la creación de espacios seguros para el diálogo y la contención emocional. Las actividades se ajustan a contextos como la atención a niñas, niños y adolescentes, mujeres víctimas de violencia, personas con enfermedades crónicas, así como trabajadores del sector salud y educativo.

En una entrevista para El Economista, integrantes de AMME explicaron que su labor responde a un enfoque preventivo y participativo. En lugar de intervenir únicamente en momentos de crisis, el objetivo es ofrecer herramientas permanentes que permitan a las personas construir recursos internos para afrontar situaciones difíciles.

Uno de los puntos que destacan en su metodología es el trabajo en colectivo. Las sesiones promueven la construcción grupal del sonido, la toma de decisiones compartidas y la escucha mutua como pilares del proceso terapéutico. Esta dinámica permite que los participantes se reconozcan entre sí como agentes activos en su proceso de bienestar.

Además, AMME realiza investigaciones y publicaciones que documentan los efectos de la musicoterapia emocional en distintos sectores. Esto ha permitido avanzar hacia el reconocimiento de esta disciplina como una alternativa complementaria dentro de los sistemas de salud y educación en México.

La asociación también promueve la formación de profesionales mediante talleres, diplomados y seminarios que abordan temas como neurociencia del sonido, técnicas de intervención sonora y diseño de entornos acústicos saludables. A través de estas actividades, buscan fortalecer la práctica ética y fundamentada de la musicoterapia emocional en el país.

Actualmente, AMME colabora con instituciones públicas y privadas, así como con organizaciones civiles que comparten el interés de utilizar la música como recurso para la transformación personal y colectiva.

El proyecto continúa expandiéndose y generando vínculos interinstitucionales que permitan integrar la musicoterapia emocional en políticas públicas orientadas a la salud mental, la cohesión social y el acceso a la cultura.

Compartir: