La psicología del color ha revelado que los colores influyen en las emociones y el comportamiento humano. Entre las emociones más intensas, el enojo destaca, y diversas investigaciones indican que ciertos colores están vinculados a esta emoción.
El rojo es el color más comúnmente asociado con el enojo. Sin embargo, no es el único color relacionado con la ira. La conexión entre el color y las emociones negativas no se limita a aspectos culturales; también se basa en cómo se perciben y responden a los estímulos visuales en el entorno, según un artículo de una institución argentina.
El rojo se relaciona tanto con el amor como con la violencia. Según Eva Heller, el significado del rojo puede variar según los colores con los que se combine. Por ejemplo, al mezclarse con el negro, el rojo puede adquirir connotaciones de ira y agresividad. En el ámbito de la psicología, el rojo también representa peligro, lo que provoca reacciones fisiológicas de estrés. Esta asociación ha llevado a su uso en señales de prohibición y advertencias.
