Cada año, durante las celebraciones de Semana Santa, se recuerdan episodios religiosos, procesiones y rituales vinculados a la tradición cristiana. Sin embargo, más allá del contexto litúrgico, estas fechas también han dejado una huella en el lenguaje cotidiano.
Expresiones como “lavarse las manos como Poncio Pilatos” se han transformado en formas comunes de describir la evasión de responsabilidades. Su origen se remonta al momento bíblico en el que Pilatos, al no querer involucrarse en la condena de Jesús, se desentendió públicamente de la decisión.
Otro caso es el de “ser un Judas” o referirse al “beso de Judas”, utilizadas para señalar actos de traición. Estas frases aluden a Judas Iscariote, discípulo que entregó a Jesús tras haber compartido con él momentos cercanos.
También se escucha con frecuencia la expresión “sufrir un soponcio”. Aunque su origen etimológico es debatido, se vincula con el latín eclesiástico “Sub Pontio Pilato”, del Credo, y ha evolucionado hasta representar un desmayo repentino o una impresión fuerte.
En entornos laborales o académicos, es común escuchar que alguien “carga con la cruz”, cuando asume solo una tarea colectiva o enfrenta una dificultad constante. La referencia es directa al pasaje del Viacrucis, donde Jesús carga con la cruz hacia el Calvario.
Estas frases, desprendidas de los relatos religiosos de la Semana Santa, se han incorporado al habla común con nuevos significados, desligados muchas veces del contexto original, pero manteniendo su fuerza expresiva.
