El doctor Leonid Rogozov, médico de la expedición soviética en la estación Novolazarevskaya, comenzó a presentar síntomas que indicaban un cuadro grave de salud. Experimentó debilidad, náuseas, fiebre y dolor abdominal. Tras evaluar su condición y descartar otras posibilidades, la sospecha apuntó a una apendicitis aguda en evolución hacia peritonitis.
La estación se encontraba a más de 1.600 kilómetros de cualquier asistencia médica. Las condiciones climáticas impedían cualquier intento de evacuación. No había opciones de ayuda externa.
Ante la falta de alternativas, el doctor Rogozov decidió realizar una auto-cirugía.
30 DE ABRIL, 22:00 HORAS
Inició la intervención quirúrgica en posición semirreclinada, utilizando un espejo para observar su propio abdomen. Aplicó anestesia local y realizó pausas periódicas para evitar el desmayo. Durante la operación localizó el apéndice inflamado, detectó una perforación y procedió a extraer el tejido afectado. Finalizó la intervención cerca de la medianoche, tras casi dos horas de procedimiento.
DÍAS POSTERIORES
Cinco días después, la fiebre comenzó a ceder. Una semana más tarde, retiró sus propios puntos. En dos semanas, regresó a sus funciones médicas dentro de la estación.
La historia del doctor Rogozov evidencia los límites que pueden alcanzar el conocimiento y la preparación ante situaciones extremas. Su caso ha sido documentado como uno de los ejemplos más notorios de autodisciplina médica en condiciones de aislamiento total.
