El ilustrador británico Louis Wain cambió el rumbo de su carrera artística tras la enfermedad de su esposa Emily, quien fue acompañada por un gato callejero llamado Peter durante su tratamiento. A partir de ese momento, Wain centró su producción artística en la figura del gato, animal que se convirtió en el eje principal de sus obras.
Sus ilustraciones mostraron una amplia variedad de expresiones felinas y escenas antropomórficas. Con el paso del tiempo, su estilo presentó cambios significativos, lo que ha llevado a algunos especialistas a asociar su evolución gráfica con posibles trastornos mentales, específicamente esquizofrenia.
Aunque la hipótesis de que Wain padeció dicha condición ha sido debatida, varias publicaciones médicas han utilizado su trabajo como ejemplo de cómo las enfermedades mentales podrían influir en la percepción visual y en la transformación artística.
El legado de Louis Wain continúa siendo objeto de análisis tanto en el ámbito del arte como en el de la salud mental, con sus gatos como protagonistas en ambos escenarios.
