El 9 de diciembre, la cúpula militar rusa declaró avances en varios frentes y afirmó operaciones en la región de Donetsk, con menciones explícitas a combates en localidades como Myrnohrad y Pokrovsk. Las autoridades de Moscú señalaron acciones ofensivas que, según sus comunicados, han resultado en control parcial de áreas urbanas y en operaciones de cercado de unidades ucranianas.
Las autoridades ucranianas y fuentes de comunicación independientes disputaron varias de las afirmaciones rusas, reportando defensa activa en sectores mencionados y daños civiles consecuencia de ataques con drones y artillería en regiones como Sumy y Donetsk. Reportes internacionales resaltaron también el impacto humanitario en poblaciones civiles y la continuidad de combates que complican la asistencia y la recuperación de personas y bienes en las zonas afectadas.
Observadores internacionales y medios señalaron que la situación sobre el terreno permanece dinámica y sujeta a confirmación independiente; la contestación informativa entre las partes, junto con las limitaciones para el acceso a ciertas áreas, dificulta una contabilidad precisa de posiciones y pérdidas en tiempo real.
