La comprensión del proceso evolutivo humano continúa enfrentando desafíos debido a hallazgos que no encajan en las categorías establecidas por la paleoantropología. Uno de estos casos es el del fósil conocido como Maba 1, también registrado como IVPP PA 84 o simplemente PA 84.
El fósil, que pertenece a un individuo que habría vivido hace aproximadamente 300,000 años, fue hallado en 1958 por trabajadores agrícolas que recolectaban guano de murciélago en una cueva cercana a la aldea de Maba, ubicada en la provincia de Guangdong, al sur de China. El hallazgo fue entregado al Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología (IVPP), dependiente de la Academia China de Ciencias, donde ha sido conservado desde entonces.
A pesar de décadas de análisis, el espécimen Maba 1 no ha sido asignado de forma concluyente a ninguna especie humana conocida, lo que lo convierte en un caso de estudio recurrente en la investigación de linajes evolutivos en Asia. Su morfología presenta una combinación de rasgos que complica su ubicación dentro del árbol evolutivo.
Este hallazgo sigue siendo objeto de debate entre especialistas, quienes utilizan tecnologías modernas y nuevas teorías para intentar esclarecer su origen y su relación con otros grupos humanos antiguos.