La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum ha anunciado medidas de represalia contra Estados Unidos tras la imposición de un arancel del 25% sobre todas las importaciones provenientes de México y Canadá. Esta medida entra en vigor después de que no se alcanzara un acuerdo con la administración de Donald Trump, quien ha justificado la aplicación de los aranceles como parte de su estrategia para combatir la migración y el narcotráfico, así como para reducir la dependencia de las economías de México y Canadá respecto a China.
Sheinbaum señaló que México tomará acciones arancelarias y no arancelarias, aunque dejó abierta la posibilidad de negociar una salida hasta el próximo domingo. A través de un llamado a la unidad nacional, la mandataria convocó a una manifestación en la Ciudad de México, en la cual se darán a conocer los detalles de las represalias. Sheinbaum, quien mantiene altos índices de popularidad, afirmó que México no busca una guerra comercial, pero que tiene planes de acción listos para diferentes escenarios.
El impacto económico de los aranceles es objeto de preocupación. La depreciación del peso mexicano y la caída de las exportaciones son algunos de los efectos inmediatos que ya afectan a la economía mexicana, que depende en gran medida del comercio con Estados Unidos. Analistas prevén que las consecuencias podrían incluir una caída del PIB de entre el 3% y el 4%, así como una posible pérdida de empleo y de inversiones extranjeras.
En respuesta, expertos señalan que la imposición de los aranceles no solo afectará a México, sino también a las empresas estadounidenses, debido a la interdependencia en la cadena de suministro y la posible ruptura en los inventarios. Además, algunos advierten que este enfrentamiento podría debilitar la cooperación bilateral en áreas como la lucha contra el crimen organizado, el narcotráfico y la migración ilegal.
Por su parte, el economista Ignacio Martínez Cortés subraya que México podría reconsiderar su política exportadora, buscando diversificar sus mercados y reducir la dependencia de Estados Unidos. Sin embargo, los expertos señalan que un cambio de esta magnitud no es algo que pueda implementarse rápidamente.
