Monchhichi, muñeco japonés lanzado en 1974 por Sekiguchi, experimenta un resurgimiento en el mercado de figuras coleccionables. Ese mercado está dominado actualmente por los Labubus de Pop Mart, pero Monchhichi recupera presencia gracias a su vínculo con la nostalgia y una estética reconocible entre distintas generaciones.
El regreso de Monchhichi aprovecha el valor emocional y cultural que los consumidores asignan a lo retro. Mientras los Labubus dominan por su diseño contemporáneo y estrategia de mercadeo moderna, Monchhichi ofrece una alternativa con historia que apela tanto a adultos que lo conocieron en su infancia como a jóvenes conectados por redes sociales que valoran coleccionables con identidad.
La marca ha reforzado su atractivo mediante colaboraciones con personajes icónicos como Hello Kitty y los ángeles de Sony, ampliando su alcance entre públicos jóvenes y nostálgicos. Estas colaboraciones han servido para diferenciar a Monchhichi del estilo visual de los Labubus y posicionarlo como un producto con relevancia cultural frente a la competencia.
El fenómeno refleja el crecimiento del mercado global de coleccionables, impulsado por el interés en objetos que combinan diseño vintage con narrativa emocional. Monchhichi se posiciona como puente entre generaciones y como producto que aprovecha una estrategia de nostalgia eficaz en un mercado dinámico.
