Por Mr. Fogscreen.
La pregunta no es ociosa si tomamos en cuenta que la elección que ya se encuentra en trámite, tendrá como ingredientes principales los equipos y estructuras electorales que logren crear, sumar o que hayan construido en los dos años que han pasado y que dejaron a muchos heridos, huérfanos y sorprendidos.
Aquí en Cuautitlán Izcalli la aplanadora pejista dio como resultado que un candidato sin mayor trayectoria política o relevancia en la lucha social se encumbrara en la presidencia municipal.
Para nadie es extraño, ahora, saber que el presidente municipal es un ignorante hasta de las leyes que dice haber estudiado. Más aún, no se cansa de repetir a quien lo quiere escuchar, que su agenda es el medio ambiente y el rescate de los cuerpos de agua en los que se bañaba. Pero también es conocido que no es un tema que domine y menos aún que haya logrado hilvanar un gobierno cuyas políticas públicas estuvieran acordes al ideario medioambiental que requiere la sociedad en pleno siglo XXI y en particular en esta región conurbada del Estado de México.
De no ser tan ignorante Morena habría tenido la oportunidad de garantizar la continuidad del gobierno municipal para seguir construyendo el ideario de la 4T local, pero ni proyecto ni ideario existen en el pusilánime y autoritario mandamás de la administración municipal. Se quedó enano como su gobierno y hoy no trae el apoyo de su propia base partidaria. De ahí que los precandidatos a la presidencia municipal hayan brotado como hongos después de la lluvia.
Hoy por hoy ninguno de los presuntos aspirantes a presidir los destinos de los izcallenses tiene oportunidad de ganar si van solos. Ni GAPos, ni Puros, ni Obradoristas, ni todos los que ahora se llenan la boca de ser la expresión más nítida del ideario emancipatorio de la 4T son mayoría dentro de su propio partido. ¿Cómo lo sabemos? Por su carencia de estructuras.
Lo que podría venir a salvarlos es la organización base de los siervos de la nación con sus listados de beneficiarios de los programas sociales. Sin embargo, por si mismas esas bases no saldrán a votar si el candidato es un pelele como el que han tenido durante estos dos años.
En el PRI y el PAN parece que las cosas se decantan a favor de la señora Kala Fiesco. Con esa decisión están logrando convencer a una buena parte del panismo de base a no votar por la alianza. A la señora solamente se le ve en tiempos electorales con los ciudadanos, después se pierde. Acude a algunas reuniones de partido, no a todas y menos aún hace trabajo de reclutamiento. Para el PRI será todo un reto hacer que su militancia acepte a una candidata que les acusó de todo y que seguramente estará actuando de manera obligada a ceder algunos espacios en su equipo de campaña.
Las estructuras del PAN se perdieron en la desilusión de la contienda anterior, se fueron como se fue el candidato carismático que tuvieron y que hoy no tienen. Hoy dependen de las estructuras construidas con el capital político que hayan podido rescatar los operadores del gobierno estatal a partir de los programas sociales.
¿Qué traen los candidatos?
¡Mucha soberbia!