El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció que los trabajadores migrantes deportados son difíciles de reemplazar, particularmente en sectores como la agricultura. La declaración se dio tras ser cuestionado sobre los efectos económicos de las deportaciones, reflejados en el informe de empleo más reciente.
Trump señaló que su administración mantiene el enfoque en la expulsión de personas con antecedentes penales, pero afirmó que también se están tomando medidas para evitar afectaciones al sector agrícola. Indicó que su equipo trabaja en regulaciones para permitir que ciertos migrantes puedan regresar al país de manera legal.
El mandatario expresó que no se implementarán acciones que perjudiquen a los agricultores y reiteró que el gobierno busca mecanismos para mantener la estabilidad en la producción agrícola.
En declaraciones previas, Trump ya había anticipado posibles ajustes a su política migratoria, ante los efectos observados en sectores como la hotelería y el entretenimiento. El informe laboral de julio, que reportó una creación neta de 73 mil empleos, fue criticado por el presidente, quien atribuyó parte de la desaceleración a la pérdida de 1.7 millones de puestos entre trabajadores extranjeros desde marzo.
