El 23 de mayo, el gobierno del Reino Unido iniciará un programa de castración química para personas condenadas por delitos sexuales, como parte de una estrategia para disminuir la reincidencia y reducir la sobrepoblación en las cárceles. La medida será implementada inicialmente en 20 centros penitenciarios y podría convertirse en obligatoria en el futuro.
La secretaria de Justicia, Shabana Mahmood, señaló que el tratamiento estará acompañado de apoyo psicológico. Aunque especialistas han planteado dudas sobre su efectividad y principios éticos, el gobierno respalda su implementación con base en estudios que sugieren una reducción del 60 % en la reincidencia.
El plan surge en respuesta a un informe independiente que advierte un déficit de 9,500 espacios en el sistema penitenciario para 2028. En la actualidad, los delitos sexuales representan el 21 % de los casos en la población carcelaria adulta de Inglaterra y Gales.