Las fases lunares están relacionadas con los cambios de humor y comportamiento. De ahí que la palabra ‘lunático’ (alguien que padece locura por intervalos de tiempo) provenga del latín ‘lunaticus’, que significa ‘lunar’. Tanto Aristóteles como Plinio el Viejo creían que la locura y la epilepsia eran causadas por la Luna. Existe evidencia científica que la provisión de luz y la atracción gravitacional de la Luna – que hace que las mareas suban o bajen- afectan nuestro patrón de sueño, por ende, el estado de ánimo.
La primera fase es La Luna nueva o conocida también como luna negra. Sucede cuando la Luna es más visible, ya que está detrás de la Tierra respecto al Sol y, con el paso de los días, su cara es más iluminada o tiene mayor energía. Por eso, se le otorga la sabiduría de renovar la energía emocional. Es la fase de renovación emocional.
La Luna creciente o Luna nueva tradicional es el tránsito que va de la Luna nueva a la Luna llena. Es la primera aparición de la Luna en el cielo dos días después de haberse producido la Luna nueva. A esta fase lunar se le otorga el poder de germinar o sembrar todo aquello que requiera de un proceso.
Cuarto creciente ocurre cuando la Luna tiene el 50% visible de su cara al Sol. A esta fase lunar se la asocia con el crecimiento o de afrontar nuevos retos a nivel personal y/o profesional.
La luna llena sucede cuando la Luna está detrás de la Tierra respecto al Sol y su cara está completamente iluminada. Es en esta fase donde ocurren los eclipses lunares y nos sentimos más sensibles. En Luna llena suceden cambios biológicos que alteran el sistema nervioso. Es una fase propicia para volver a uno mismo a través de rituales.
El cuarto menguante es lo contrario al cuarto creciente. Es cuando la parte luminosa de la Luna dibuja en el cielo un semicírculo en forma de ‘C’ es cuarto menguante, por el contrario, cuando dibuja un semicírculo en forma de ‘D’ es cuarto creciente, en esta fase se siembra todo aquello que quede debajo de la tierra para que sus raíces se fortalezcan.
Cada fase lunar guarda su propio significado. Así como también ocurre con los ciclos de la mujer, es importante conocer sus características para que, poco a poco, podamos ir en busca de un equilibrio sano de lo que queremos y cómo podemos lograrlo sin hacernos daño.
