El pleno del Senado de la República aprobó, en sesión ordinaria, una reforma legislativa que prohíbe el uso de mamíferos marinos, como delfines, focas, lobos marinos y manatíes, en espectáculos públicos o privados en todo el territorio nacional. La iniciativa, presentada tras un amplio debate en comisiones, busca garantizar el bienestar de estas especies y promover su protección bajo un enfoque de conservación.
La nueva disposición legal establece que la posesión de mamíferos marinos estará permitida exclusivamente en espacios dedicados a la conservación y reproducción de especies, así como en centros de investigación científica. Estos centros deberán contar con el respaldo de universidades o instituciones de educación superior reconocidas, las cuales supervisarán que las actividades cumplan con estándares éticos y científicos. Además, se requerirá que los programas de conservación y los proyectos de investigación sean registrados ante las autoridades ambientales competentes.

La reforma también contempla la creación de un registro nacional de mamíferos marinos en cautiverio, con el objetivo de monitorear su estado y garantizar que no sean utilizados en actividades recreativas o comerciales fuera de los fines establecidos. Las autoridades federales, en coordinación con las instituciones educativas, realizarán inspecciones periódicas para verificar el cumplimiento de la normativa.
El dictamen aprobado modifica diversas disposiciones de la Ley General de Vida Silvestre y otras leyes relacionadas, y entrará en vigor tras su publicación en el Diario Oficial de la Federación. Las instalaciones que actualmente albergan mamíferos marinos para espectáculos tendrán un plazo, aún por definir en la reglamentación secundaria, para reubicar a los animales en santuarios o centros autorizados.
La discusión en el Senado incluyó la participación de organizaciones de la sociedad civil, expertos en biología marina y representantes de la industria del entretenimiento, quienes expusieron argumentos a favor y en contra de la medida. Los senadores destacaron que la reforma responde a una demanda social creciente para proteger la vida silvestre y alinear la legislación mexicana con estándares internacionales de bienestar animal.