El simulacro nacional realizado en 2024 sorprendió a muchos ciudadanos al no recibir la alerta sísmica en sus teléfonos móviles, lo que generó una ola de confusión y preocupación. Este ejercicio, diseñado para preparar a la población ante un posible sismo, dejó en evidencia la vulnerabilidad del sistema de alertas.
Las autoridades explicaron que, al tratarse de un simulacro y no de un evento real, decidieron no activar la alerta en los dispositivos móviles. Sin embargo, esta decisión ha sido objeto de críticas, ya que muchos consideran que la falta de notificación podría haber comprometido la efectividad del ejercicio y la preparación de la ciudadanía ante un desastre real.
Expertos en gestión de riesgos destacan la importancia de realizar simulacros que simulen lo más fielmente posible un evento sísmico, incluyendo la activación de alertas. La ausencia de la notificación en esta ocasión plantea interrogantes sobre la confiabilidad y la respuesta del sistema en situaciones de emergencia.
Este incidente no solo ha resaltado la necesidad de una mejor infraestructura de comunicación, sino también la urgencia de capacitar a la población en cómo reaccionar ante situaciones de riesgo. La eficacia del sistema de alertas es fundamental para salvaguardar vidas, y es crucial que se aborden estos fallos para garantizar una respuesta adecuada en caso de un sismo real.