Cada 10 de abril se conmemora el Día Mundial del Síndrome de West, una fecha dedicada a sensibilizar y difundir información sobre esta rara encefalopatía epiléptica que impacta principalmente a lactantes.
¿Qué es el Síndrome de West?
El Síndrome de West, también conocido como espasmos infantiles, es una forma severa de epilepsia que se manifiesta en el primer año de vida, generalmente entre los 3 y 7 meses. Se caracteriza por espasmos musculares repentinos y breves, que pueden ser flexiones o extensiones de cuello, tronco y extremidades. Estos episodios pueden ir acompañados de alteraciones en la actividad cerebral, detectadas mediante electroencefalograma, y suelen ir precedidos o seguidos de retrasos en el desarrollo psicomotor del bebé.
Aunque el Síndrome de West es considerado una enfermedad rara, su incidencia es significativa. A nivel mundial, se estima que afecta a 1 de cada 2,000 a 6,000 nacidos vivos. En México, aunque no existen cifras exactas sobre su prevalencia, se reconoce su impacto en la población pediátrica. Es fundamental que profesionales de la salud y padres estén informados sobre esta condición para facilitar un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado.
Un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado son cruciales para minimizar las secuelas del Síndrome de West. El retraso en la identificación y manejo de esta afección puede conducir a consecuencias graves en el desarrollo del niño, afectando su capacidad cognitiva y motriz. Se recomienda que los niños que presenten síntomas sospechosos sean evaluados por un neurólogo pediatra lo antes posible.
El Día Mundial del Síndrome de West es una oportunidad para aumentar la conciencia sobre esta enfermedad y promover la educación y el apoyo a las familias afectadas. En México, es esencial fortalecer la difusión de información y recursos para el diagnóstico y tratamiento de esta condición, garantizando que los niños afectados reciban la atención médica necesaria para su bienestar y desarrollo.