Marilyn Cote, una mujer que se hizo pasar por psiquiatra en Puebla, fue sorprendida ejerciendo una profesión para la cual no tenía la formación ni los permisos necesarios. El caso, que se hizo viral en redes sociales, reveló que Cote daba consultas psiquiátricas, prescribía medicamentos controlados y se presentaba como experta en neurociencias, todo sin contar con la cédula profesional requerida para ejercer la psiquiatría en México. Tras la denuncia pública y la circulación del caso en plataformas como X (anteriormente Twitter), las autoridades estatales iniciaron una investigación que llevó a la suspensión temporal de su consultorio, ubicado en el Periférico Ecológico, en la capital poblana.
El 6 de noviembre, personal de la Secretaría de Salud realizó una inspección en el consultorio de Cote, pero no encontraron el establecimiento abierto. Al día siguiente, regresaron para solicitar la documentación correspondiente para que la consulta pudiera continuar, pero descubrieron que no contaba con varios de los documentos esenciales para operar legalmente. Entre los papeles que faltaban estaban la cédula profesional, la licencia sanitaria y el aviso de funcionamiento. Ante la grave falta de permisos y la evidente irregularidad, se determinó suspender de manera inmediata las actividades del consultorio hasta que se acredite que es seguro para los pacientes.
Además, la Dirección de Protección contra Riesgos Sanitarios en Puebla detalló que, debido a la falta de los documentos, la consulta médica que Cote ofrecía carecía de las condiciones mínimas para garantizar la seguridad de los pacientes, lo que llevó a las autoridades a tomar esta medida cautelar.
Por su parte, la Fiscalía de Puebla también intervino en el caso. Aunque no había denuncia formal presentada, el fiscal de Investigación Metropolitana, José Alan Villegas, informó que, tras la difusión del caso, se inició una indagatoria para determinar si Cote cometió algún delito. Según explicó el fiscal, la mujer podría ser investigada por usurpación de profesión, un delito federal que se castiga con prisión de hasta seis años. Esto se debe a que, según las leyes mexicanas, ejercer una profesión sin la debida formación y sin contar con los títulos correspondientes constituye una infracción grave.
El escándalo se acrecentó cuando se descubrió que Marilyn Cote había utilizado en sus redes sociales imágenes y fotomontajes en los que afirmaba haber estudiado en prestigiosas universidades internacionales como Harvard y la Universidad de Oslo, y que poseía un doctorado en neurociencias. En algunas recetas médicas que compartió en sus redes, incluso aparecía el logotipo de la Universidad de Harvard, lo que alimentó las sospechas sobre la autenticidad de sus credenciales. Sin embargo, al ser consultado, el grupo médico con el que Cote aseguraba tener vínculos negó cualquier relación con ella y advirtió que tomarían acciones legales en su contra.
A pesar de la suspensión de su consultorio, algunos usuarios que intentaron hacer citas con Cote fueron informados de que aún había disponibilidad para consultas. Un asistente de la supuesta psiquiatra les indicó que las citas se podían agendar para la siguiente semana, y que el costo por consulta era de 1,400 pesos. Esta información fue confirmada por varios internautas que intentaron obtener atención médica de la mujer, lo que generó más preocupación entre los ciudadanos.
El caso de Marilyn Cote pone de relieve una vez más la importancia de verificar las credenciales de los profesionales de la salud antes de recibir atención médica. La situación también ha generado un debate sobre la vigilancia y el control de las autoridades sanitarias, así como la necesidad de prevenir fraudes que pongan en riesgo la salud y bienestar de los pacientes. A medida que la investigación avanza, se espera que se tomen más medidas contra quienes intenten suplantar profesiones y engañar a la población con falsos títulos académicos.