Un sismo de magnitud 5.2 sacudió el condado de San Diego la mañana del 14 de abril, con epicentro localizado a cuatro kilómetros al sur de la localidad de Julian. El movimiento telúrico ocurrió a las 10:08 a.m. y fue seguido por al menos ocho réplicas. La actividad sísmica se sintió en diversas zonas del sur de California, así como en el norte de Baja California, incluyendo Tijuana, Ensenada y Mexicali.
La intensidad del temblor activó los protocolos de evacuación en instalaciones públicas y educativas en San Diego, aunque no se reportaron víctimas ni daños materiales de gravedad. Las autoridades locales mantienen vigilancia en la zona ante la posibilidad de nuevos movimientos telúricos.

El evento ha generado preocupación en la comunidad científica por su proximidad a la falla de San Andrés, una de las fracturas tectónicas más estudiadas del mundo. Esta falla se extiende a lo largo de más de mil kilómetros, desde el golfo de California hasta el norte de San Francisco, y es responsable de la interacción entre las placas del Pacífico y de América del Norte.
Especialistas señalan que el segmento sur de la falla, que atraviesa áreas densamente pobladas como San Bernardino, Riverside, Los Ángeles y el este de San Diego, no ha registrado un gran terremoto en más de 160 años. Se estima que este tramo acumula suficiente energía como para generar un sismo de magnitud superior a 7.5, lo que podría tener consecuencias significativas.
En caso de una activación de gran magnitud de la falla de San Andrés, se verían afectadas múltiples ciudades del sur de California. Entre las principales se encuentran Los Ángeles, San Diego, Palm Springs, Bakersfield y Santa Bárbara. Las zonas urbanas sufrirían interrupciones en los servicios básicos, colapsos estructurales, afectaciones en las vías de comunicación y desplazamiento masivo de personas. En el lado mexicano, Tijuana y Mexicali también estarían en riesgo por la proximidad al sistema de fallas regionales que se conectan con la San Andrés.
Las autoridades de protección civil en ambas regiones recomiendan a la población mantenerse alerta, preparar planes familiares de emergencia y seguir únicamente la información emitida por canales oficiales. La vigilancia sísmica en California se mantiene activa ante la posibilidad de que nuevos movimientos puedan reactivar otras fallas secundarias o incluso detonar una liberación mayor de energía en el sistema de la falla de San Andrés.