CONMEMORAN EN MÉXICO LA LUCHA ESTUDIANTIL QUE ORIGINÓ EL DÍA DEL ESTUDIANTE

Este 23 de mayo se conmemora en México el Día del Estudiante, una fecha que tiene su origen en los acontecimientos de 1929, cuando alumnos de la entonces Universidad Nacional organizaron una serie de protestas en demanda de autonomía universitaria. El movimiento estudiantil se intensificó en la Escuela de Derecho, donde las manifestaciones derivaron en enfrentamientos con elementos de seguridad. Durante esos sucesos, varios estudiantes resultaron lesionados, lo que generó una reacción inmediata en diversos sectores sociales y políticos.

Ante la presión del movimiento, el presidente Emilio Portes Gil se comprometió públicamente a impulsar una ley que otorgara autonomía a la universidad. Dicha promesa se materializó el 10 de julio de 1929 con la promulgación de la Ley Orgánica que estableció la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), un hecho considerado un parteaguas en la historia de la educación superior en el país. Desde entonces, la universidad cuenta con la capacidad de definir sus planes de estudio, elegir a sus autoridades y administrar sus recursos con independencia del poder ejecutivo.

Como un reconocimiento a los estudiantes que participaron en dicha lucha, y en especial a aquellos que fueron heridos durante las movilizaciones, el 23 de mayo fue propuesto por los propios alumnos como una fecha conmemorativa. Con el paso del tiempo, esta fecha fue adoptada por instituciones educativas de distintos niveles como una jornada para reflexionar sobre los derechos, deberes y desafíos que enfrenta la comunidad estudiantil.

En la actualidad, el Día del Estudiante es observado en escuelas, universidades y espacios públicos a través de actividades culturales, foros, marchas y actos simbólicos. Sin embargo, más allá de las conmemoraciones, persisten cuestionamientos sobre las condiciones reales que enfrentan los estudiantes en México. Entre los principales retos se encuentran la desigualdad en el acceso a la educación, los bajos niveles de inversión pública en el sector y las limitaciones en infraestructura y equipamiento en muchos planteles.

Según datos oficiales, el gobierno federal destina aproximadamente el 3.1% del Producto Interno Bruto a la educación pública, una cifra inferior a la recomendación del 6% establecida por organismos internacionales. Esta situación ha generado un amplio debate en torno a la necesidad de fortalecer el sistema educativo mediante políticas que garanticen condiciones dignas de aprendizaje y desarrollo para los estudiantes. La conmemoración del Día del Estudiante, en este contexto, se presenta como una oportunidad para recordar no solo el origen de los derechos universitarios, sino también la responsabilidad del Estado y la sociedad en su defensa y ampliación.

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