UN ENCUENTRO LITERARIO QUE ROMPIÓ DOS DÉCADAS DE SILENCIO

El 7 de octubre de 1974, en la librería La Ciudad, ubicada en la Galería del Este sobre la calle Maipú, ocurrió un hecho inusual: Jorge Luis Borges y Ernesto Sabato volvieron a saludarse tras veinte años sin dirigirse la palabra. El periodista Orlando Barone fue testigo del momento y propuso entonces una serie de diálogos entre ambos escritores.

Los encuentros se llevaron a cabo entre diciembre de 1974 y marzo de 1975, en el departamento de una amiga cercana a Borges. En total, fueron siete conversaciones en las que acordaron no tratar temas políticos. De esas charlas surgió el libro Diálogos Borges-Sabato, publicado por Emecé en 1976. La obra reúne intercambios sobre diversos temas, como el tiempo, la muerte, los refranes, la literatura y la fama.

Ambos escritores expusieron visiones distintas pero complementarias, expresadas a través de frases que marcaron el tono de los encuentros. Uno sostuvo que “la vida es soportable porque ocurre en tajadas”; el otro respondió que “los adagios aciertan siempre, porque se contradicen”.

La figura de Ernesto Sabato estuvo atravesada por múltiples conflictos personales. Nacido en Rojas en 1911 como el décimo de once hermanos, recibió el nombre del hermano fallecido que lo precedía, hecho que marcó su vida. Su trayectoria incluyó una formación en física nuclear en el MIT y un paso por el Laboratorio Curie, antes de abandonar la ciencia.

Tras romper con el comunismo, se volcó a la escritura y al pensamiento existencialista. Su esposa, Matilde Kusminsky Richter, desempeñó un papel fundamental en su carrera, alentándolo incluso a publicar Sobre héroes y tumbas, obra que él había considerado destruir.

El reencuentro entre Borges y Sabato quedó registrado como uno de los episodios más significativos de la historia literaria argentina del siglo XX.

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