La inflación en Estados Unidos alcanzó en junio su nivel más alto en cuatro meses, registrando un aumento anual del 2.7%, según datos del Departamento de Trabajo. Este incremento, que supera el 2.4% reportado en mayo, refleja el impacto de los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump, que han elevado los costos de bienes como muebles, ropa y electrodomésticos.
En términos mensuales, los precios al consumidor subieron un 0.3% de mayo a junio, frente al 0.1% del mes anterior. La inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, se situó en 2.9%, indicando una tendencia al alza. Sectores como la gasolina, con un aumento del 1%, y los alimentos, con un incremento del 0.35%, también contribuyeron a esta aceleración.
Los aranceles, que incluyen un 10% general a las importaciones, un 50% al acero y aluminio, un 30% a productos chinos y un 25% a automóviles importados, han generado preocupación entre economistas. Estos advierten que el traslado de costos a los consumidores podría intensificar las presiones inflacionarias, complicando las decisiones de la Reserva Federal, que mantiene las tasas de interés entre 4.25% y 4.5%.
El presidente Trump, quien prometió reducir costos durante su campaña, enfrenta críticas por el impacto de estas medidas. El titular de la Reserva Federal, Jerome Powell, señaló que los aranceles podrían elevar precios y desacelerar la economía, creando un dilema para el banco central. Mientras, la Casa Blanca defiende las políticas como una respuesta a décadas de déficits comerciales.
