La violencia en Sinaloa ha escalado a niveles alarmantes en la última semana, con enfrentamientos entre grupos criminales, bloqueos carreteros y un preocupante aumento de homicidios en las periferias de Culiacán.
Ante esta situación crítica, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha afirmado que existe una campaña de desprestigio en su contra y de su gobierno, asegurando que los reportes de los medios sobre la violencia son un ejercicio de “sensacionalismo” promovido por sus adversarios políticos.Durante su conferencia matutina del 18 de septiembre, López Obrador declaró: “Acerca de Sinaloa, está envuelta en una propaganda de mentiras y alarmas, para inducir miedo a la población. Todo esto, promovido por nuestros adversarios”.
Estas declaraciones se producen en medio de un clima de tensión en la región, donde los actos de violencia se han vuelto recurrentes, afectando a la población civil y poniendo en jaque las medidas de seguridad.El presidente también se refirió a críticas recientes del expresidente Ernesto Zedillo sobre reformas al Poder Judicial y a comentarios del exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna, que insinuaron vínculos entre López Obrador y líderes del narcotráfico.
En este contexto, el mandatario afirmó que la cobertura mediática de los acontecimientos en Sinaloa busca afectar su imagen, especialmente en un momento en que se prepara la transición de poder hacia la presidenta electa, Claudia Sheinbaum.Las cifras de violencia son alarmantes: la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) reportó 30 detenidos y 32 muertos, incluidos dos militares, en el marco de una intensa confrontación interna entre facciones del Cártel de Sinaloa. Ante esta situación, el general Jesús Leana Ojeda, comandante de la Tercera Región Militar, señaló que la estabilidad en Sinaloa no depende únicamente de las acciones militares, sino de la dinámica de poder entre los grupos criminales en conflicto.A pesar del despliegue de 2,200 elementos de las Fuerzas Armadas en la región, López Obrador ha manifestado que el aumento de los enfrentamientos se debe a rivalidades internas en el cártel tras la captura de Ismael ‘El Mayo’ Zambada y Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Estas circunstancias han complicado la situación, llevando al mandatario a sostener que la violencia está siendo manipulada políticamente para desprestigiar su gobierno.Los cuestionamientos sobre el control de la situación en Sinaloa han surgido en las conferencias del presidente, quien, al ser preguntado si la situación estaba bajo control, reafirmó su postura de que los medios magnifiquen la realidad. “Es parte de una campaña que intenta desprestigiar al Gobierno que represento”, reiteró.
La actual crisis en Sinaloa plantea interrogantes sobre la efectividad de las políticas de seguridad implementadas durante el mandato de López Obrador, así como sobre la capacidad del gobierno para abordar las raíces de la violencia en una región históricamente marcada por el narcotráfico. La falta de una respuesta clara y unificada ante estos desafíos podría tener repercusiones significativas en la percepción pública y en la estabilidad de la región en los meses venideros.