VIDEO ENCIENDE LA POLÉMICA: ¿TODOS LOS VASOS DE STARBUCKS TIENEN LA MISMA CANTIDAD?

​Un video publicado en redes sociales por el usuario @dont.trust.tom ha generado polémica al mostrar cómo, presuntamente, los vasos de distintos tamaños de Starbucks contendrían la misma cantidad de café. En el clip, el creador de contenido transfiere la bebida de un vaso pequeño a uno mediano y luego a uno grande. En todos los casos, el líquido llena completamente cada recipiente, lo que desató reacciones entre los usuarios.​

El video, que se difundió ampliamente, fue interpretado por muchos como una evidencia de que la cadena de cafeterías estaría cobrando precios distintos por volúmenes similares de producto. La reacción no tardó en aparecer: comentarios como “nos están cobrando más por lo mismo” o “esto ya lo sospechaba” comenzaron a multiplicarse. Algunos usuarios incluso compartieron experiencias personales, asegurando que habían notado algo similar al cambiar el tamaño del vaso durante sus visitas.​

Pese a la interpretación generalizada, se confirmó posteriormente que el video forma parte de un truco visual. El autor se dedica a realizar bromas, ilusiones ópticas y juegos visuales. Días después publicó un nuevo video donde sugiere que todo se trató de una ilusión, sin ofrecer detalles sobre cómo fue realizada.​

Especialistas en efectos visuales explican que este tipo de contenido puede utilizar ángulos estratégicos, recipientes modificados o ediciones imperceptibles para generar una percepción errónea. Sin embargo, la aclaración no impidió que surgiera un debate más amplio sobre la confianza del consumidor hacia marcas con presencia global.​

Aunque el video fue creado como entretenimiento, su alcance terminó provocando una respuesta emocional en miles de personas que aseguraron sentirse identificadas con lo que se mostraba. Lo que comenzó como un truco se transformó en una conversación pública sobre transparencia, percepción del valor y la rapidez con la que los contenidos pueden impactar la imagen de una empresa.​

El caso plantea una pregunta relevante: ¿puede una broma visual convertirse en una crítica masiva? En medio de este escenario, la delgada línea entre realidad y ficción sigue generando confusión, especialmente cuando la viralidad convierte una ilusión en una queja colectiva.

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