La colonia Renovación, en Iztapalapa, forma parte de un sistema económico basado en el reciclaje informal que ha sostenido a miles de familias por décadas. Sin embargo, esta actividad también ha generado estigmas sociales que afectan el desarrollo de sus habitantes.
En calles, patios y azoteas, los residuos reciclables forman parte del entorno cotidiano. Cartón, electrónicos, plásticos y metales se clasifican a mano. En este espacio, la separación y reventa de materiales representa la fuente de ingreso principal para muchos.
El origen de la colonia se remonta a finales de los años setenta, cuando familias se asentaron en los alrededores del antiguo tiradero de Santa Cruz Meyehualco. Desde entonces, la labor de reciclaje ha sido parte del tejido económico y social local.
Luis Reygadas Robles Gil, académico de la UAM, explica que los oficios relacionados con los residuos suelen estar simbólicamente cargados de estigma, lo que impacta la percepción externa sobre quienes los realizan.
“El trabajo con basura es visto como negativo, aunque cumple una función económica y ecológica relevante”, afirma Rudy Argenis Lejia Parra, investigador del tema. Añade que muchas veces estas comunidades enfrentan segregación social, barreras económicas y discriminación.
Algunas zonas, como La Purísima —una extensión de la colonia— replican este modelo de reciclaje en domicilios particulares y espacios públicos. La actividad incluye prácticas como la quema de cables o la reutilización de costales de polipropileno.
Pese a los riesgos para la salud y la falta de infraestructura formal, habitantes como Jacobo Contreras, quien trabaja desde su casa reciclando costales, mantienen su actividad como sustento diario.
Además de los residuos generados en la zona, vecinos denuncian que colonias cercanas también arrojan basura en la vía pública, lo que agrava las condiciones de vida en el área.
Para los expertos, el trabajo de recicladores en la capital cumple una función clave en el ciclo de los residuos sólidos, aunque muchas veces opera sin reconocimiento ni condiciones adecuadas. En la Ciudad de México se generan más de 12 mil toneladas de basura al día, y gran parte de su clasificación inicial depende de este sector informal.
Sin embargo, las estructuras de poder local también ejercen control sobre este sistema. Algunos habitantes relatan prácticas de clientelismo, vigilancia y coerción vinculadas a figuras políticas que han operado en la zona durante años.
Al final de cada jornada, cuando los negocios cierran y las calles se vacían, comienza un nuevo ciclo. La colonia Renovación sigue operando como uno de los núcleos de reciclaje más grandes de la capital, entre el trabajo constante y las dinámicas sociales que aún limitan el reconocimiento pleno de su aportación.
