Robert Francis Prevost, recientemente elegido como el Papa número 267 de la Iglesia Católica bajo el nombre de León XIV, tuvo una infancia marcada por una vocación temprana hacia el sacerdocio. Nacido en Chicago y criado en el pueblo de Dolton, al sur de la ciudad, es el menor de tres hermanos. Su hermano mayor, John Prevost, relató que desde pequeño, Robert mostraba inclinaciones religiosas, jugando a ser sacerdote y utilizando una tabla de planchar como altar.
La familia Prevost, de raíces criollas de Nueva Orleans, se sorprendió gratamente al conocer la elección de Robert como pontífice. John Prevost recordó que cuando Robert estaba en primer grado, un vecino le dijo que sería el primer Papa originario de Estados Unidos, una predicción que se ha cumplido décadas después.
Además de su vocación religiosa, Robert Prevost es aficionado al equipo de béisbol estadounidense White Sox, según comentó su hermano, quien también lo describió como una persona común y normal. La elección de León XIV ha sido recibida con entusiasmo tanto en Estados Unidos como en Perú, país donde desarrolló gran parte de su labor pastoral y adquirió la nacionalidad.
La historia de Robert Prevost, desde sus juegos infantiles en Chicago hasta su elección como líder de la Iglesia Católica, refleja una trayectoria marcada por la vocación y el compromiso con la fe. Su pontificado inicia con el desafío de continuar la labor de sus predecesores y de enfrentar los retos actuales de la Iglesia.