La organización del partido amistoso entre la Selección Mexicana y Portugal, programado para el 28 de marzo de 2026 como parte de la reapertura del Estadio Banorte (antes Estadio Azteca), puso a la venta un número limitado de entradas, lo que provocó que miles de aficionados se quedaran sin oportunidad de comprar boletos.
De acuerdo con los datos divulgados, de un aforo total de 85 000 lugares, solo 19 493 entradas estuvieron disponibles para la venta al público general, lo que representa menos de una cuarta parte de la capacidad total del inmueble. La preventa comenzó con una etapa exclusiva para tarjetahabientes de un banco patrocinador, seguida de una venta general en la que solamente se ofrecieron unos 2 740 boletos adicionales, los cuales se agotaron en minutos debido a la alta demanda.
La plataforma encargada de la comercialización enfrentó fallas técnicas y períodos de reprogramación, lo que limitó todavía más el acceso de los aficionados al proceso de compra. Usuarios denunciaron errores en la fila virtual y dificultades para completar transacciones, lo que generó frustración y exigencias de mayor claridad por parte de los organizadores.
El resto de las entradas fue asignado a compromisos institucionales, plateas, palcos y acuerdos comerciales, quedando más de 51 000 boletos en manos de los organizadores para cumplir con esas obligaciones. Esto ha motivado cuestionamientos sobre la distribución del aforo y la gestión de la venta, especialmente ante el interés que despertó el encuentro por la presencia de figuras destacadas del fútbol mundial.
