¿NOSFERATU ESTÁ BASADA EN HECHOS REALES? LA HISTORIA DETRÁS DE LA NUEVA PELÍCULA DE ROBERT EGGERS

La nueva versión de Nosferatu, dirigida por Robert Eggers, toma inspiración de historias reales que reflejan el mismo terror que su trama ficticia. La versión original de la película, estrenada en 1922, tiene sus raíces en los horrores de la Primera Guerra Mundial. Albin Grau, productor del filme, estaba en el frente serbio cuando un campesino le relató una historia sobre un hombre cuyo padre, tras morir, se convirtió en un vampiro. Este relato marcó el inicio de uno de los filmes más influyentes dentro del género de terror.

F.W. Murnau, director de la obra original, y el actor Max Schreck también participaron en la Gran Guerra. Sus vivencias en las trincheras, plagadas de ratas, influyeron directamente en la atmósfera de Nosferatu, especialmente en las escenas que muestran una plaga de roedores. Este detalle fue cuidadosamente mantenido tanto en la primera película como en la nueva adaptación.

Para su remake, Eggers encontró otra inspiración en un hecho real ocurrido en Rumania hace veinte años, cuando los habitantes de un pueblo desenterraron y mutilaron el cadáver de un hombre al que consideraban un vampiro. Según la familia, el hombre regresaba por las noches como un strigoi, una criatura que aterraba particularmente a su nuera. Este incidente refleja las leyendas y creencias en lo sobrenatural que alimentaron las primeras historias de vampiros.

La película original enfrentó múltiples dificultades legales debido a que era una adaptación no autorizada de Drácula, la novela de Bram Stoker. Un tribunal ordenó la destrucción de todas las copias, y la productora quebró. Además, en Suecia, la película fue prohibida hasta 1972 por considerarse excesivamente aterradora.

Eggers ha señalado que su intención con este remake fue distanciarse de la imagen romántica del vampiro moderno. En su versión, se busca recuperar al monstruo folclórico, un ser que simboliza la enfermedad, la muerte y una sexualidad brutal, en lugar de la figura seductora y melancólica que caracteriza a los vampiros actuales. Con ello, Eggers busca revivir el terror visceral que inspiraron las leyendas originales de vampiros.

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