UN MUNDIAL LLENO DE CRITICAS A LA VIOLACIÓN DE DERECHOS.

La asignación de este Mundial está siendo uno de los mayores escándalos que ha sufrido una organización deportiva internacional, el FIFAgate, que derivó en detenciones y la suspensión de sus máximos dirigentes, Joseph Blatter, y el presidente de la UEFA, Michel Platini. Pero el mayor señalamiento que persigue a esta Copa es el trato que se les dio a los trabajadores inmigrantes para desarrollar la infraestructura donde reportes indican que hay cerca de 7 mil muertes relacionadas con el torneo y la discriminación normalizada contra mujeres y la comunidad LGBT+.

En la inauguración de la Copa del Mundo de Qatar no podía faltar ese recorrido de lo que se ha representado en Occidente de ese Oriente de tribus exóticas y dromedarios, tiendas y turbantes. Sin una tradición futbolística en el emirato árabe, la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) recordaron la historia de los mundiales con un desfile de las mascotas de cada cita.

Se encontraban caricaturas que representaron las dos copas en México, El Juanito de 1970, un niño sombrerudo y un poco barrigón, y Pique, de 1986, un chile jalapeño bigotón con su sombrero gifante, mientras que quien se llevó el lugar protagónico de Qatar 2022 fue un turbante volador.

Los lugares centrales en el estadio Al Bayt de Al Khor, a una hora de la capital catarí, donde se realizó la ceremonia de apertura, fueron presididos por el poderío del jeque Tamim ben Hamad Al-Thani y del presidente de la FIFA, Gianni Infantino. Coronaban así una gradería fastuosa y demasiado seria de hombres, vestidos en trajes sobrios, túnicas y turbantes, y algunos uniformes militares.

A medida que se aproximaba el Mundial aumentaron las críticas contra el emirato por las inocultables violaciones a los derechos humanos, por eso el jeque catarí aprovechó para dar un pequeño discurso que fue una respuesta velada.

“Personas de diferentes razas, nacionalidades, creencias y orientaciones se reunirán aquí, en Qatar, y alrededor de las pantallas en todos los continentes. Qué bonito es que la gente deje apartado lo que les separa para preservar su diversidad y lo que les une al mismo tiempo. Estamos aquí reunidos como una gran tribu. Con tolerancia, respeto, podemos vivir juntos”, dijo el jeque.

Con información de La Jornada.

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