La práctica de sumergirse en bañeras con hielo, conocida como crioterapia o inmersión en agua fría, ha ganado popularidad en los últimos años, impulsada por celebridades, influencers y deportistas que la promueven en redes sociales. Figuras como David Beckham, Lady Gaga y Gwyneth Paltrow han compartido sus experiencias, destacando supuestos beneficios como la recuperación muscular, la mejora del estado de ánimo y el aumento de la energía. Sin embargo, expertos en salud advierten que esta tendencia, que ha generado un mercado global valorado en 338 millones de dólares en 2024, conlleva riesgos significativos que no deben ser ignorados.
Sumergirse en agua por debajo de los 15 °C provoca una reacción conocida como “shock frío”, que incluye hiperventilación, aumento del ritmo cardíaco y presión arterial elevada. Estos efectos pueden ser peligrosos, incluso para personas jóvenes y saludables. La exposición prolongada puede derivar en hipotermia, con síntomas como temblores, confusión y pérdida de conciencia. Un caso reportado en Sídney, donde un joven sufrió desorientación tras 10 minutos en un baño de hielo, ilustra los peligros de esta práctica. Además, el fenómeno del “afterdrop”, donde la temperatura corporal sigue disminuyendo tras salir del agua, puede agravar la situación.
Los expertos sugieren medidas para minimizar riesgos: consultar a un profesional de la salud antes de comenzar, limitar la exposición a 3-5 minutos, evitar hacerlo en solitario y estar atentos a síntomas como temblores o entumecimiento. También se recomienda empezar con duchas frías para aclimatar el cuerpo antes de intentar inmersiones completas. La práctica del Método Wim Hof, que combina respiración controlada con exposición al frío, ha sido vinculada a incidentes graves, incluyendo 11 muertes reportadas desde 2015, lo que refuerza la necesidad de precaución.
Los baños de hielo, aunque populares, no son una solución milagrosa y requieren un enfoque informado. La falta de evidencia científica sólida sobre muchos de sus supuestos beneficios, junto con los riesgos fisiológicos, subraya la importancia de practicarlos con precaución. Antes de sumergirse en esta tendencia, es crucial consultar a expertos y seguir protocolos de seguridad para evitar consecuencias graves.