El futbolista Santiago Giménez compartió su experiencia al llegar a Milán, luego de ser fichado por un club europeo. En una declaración, relató su sorpresa al intentar renovar su guardarropa en la galería Vittorio Emanuele II y descubrir que no podía costear ni una prenda básica.
“Cuando me ficharon, salí a comprar ropa en Milán, pero no me alcanzaba ni para un calcetín”, señaló. Giménez explicó que al llegar, asumió que su nuevo estatus como futbolista profesional le permitiría adquirir artículos de moda, sin embargo, la realidad económica fue distinta. “Nada bajaba de 500 euros”, afirmó.
También compartió su percepción sobre el estilo de vida en la ciudad italiana. Indicó que la imagen personal es un aspecto fundamental para los residentes, quienes, incluso en actividades cotidianas, mantienen una apariencia cuidada. “La ciudad te empuja a subir el nivel”, dijo.
Giménez destacó que al inicio de su carrera en Europa no contaba con una estabilidad financiera sólida, y que el proceso de adaptación implicó enfrentar desafíos comunes como mudarse, vivir solo y administrar sus ingresos. Señaló que, contrario a lo que muchos suponen, los jugadores jóvenes no reciben grandes sumas desde su primer día en el continente.